“Respira Hondo, no stress”, me digo a mi mismo al ver tremenda cola de coches que tengo delante mientras me acerco al cruce. El condductor listo no despotrica contra el tráfico, sino que acepta los momentos de reflexión que éste ofrece. Por ejemplo, cuando empieza a amanercer puede verse el cielo teñido de púrpura, eso sí, alumbrado también por las luces traseras de los vehículos. Una joven promesa del cine se pone rímel en el reflejo del retrovisor del coche de al lado. Un todoterreno con el asiento trasero cargado de cuadros: ¿será un encargado de producción yendo al estudio de cine de turno, o un artista tras una no he de inauguración en Venice Beach?. 7 minutos después estoy en el puente y el sol ya se pone por las colinas de Hollywood. Una auténtica ciudad de ángeles. Cuando por fin me dirijo al norte, hacia el valle de San Fernando, la canción Hotel California de los Eagles suena en la radio con esa premonitoria letra de “puedes dejar la habitación cuando quieras, pero nunca podrás marcharte”. Sonrío y pienso: “¿por qué querría irme?”.
via Tumblr http://ift.tt/1zXY2FG May 12, 2015 at 04:56PM
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